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Channel: Reino de Valencia – Josué Ferrer.
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¿Sabías que el primer rey valenciano documentado fue el visigodo Leovigildo?

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El arqueólogo valenciano Miquel Ramón Martí descubrió en 2001 que el primer rey documentado de la historia de Valencia fue el visigodo cristiano Leovigildo, allá por el siglo VI. El hallazgo de una moneda del año 583 donde vemos su rostro, su nombre (“Livvigildus”) y la inscripción “Rex Valenta” (Rey de Valencia) lo corrobora. La moneda se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, en París, en su sección de numismática. Así, el Reino de Valencia (por entonces en forma de ciudad-estado) es muy anterior a lo que creíamos hasta ahora.

Los orígenes del milenario Reino de Valencia son más remotos de lo pensado. Hasta hace poco la historiografía oficial nos contaba que el rey Jaime I el Conquistador lo fundó en 1238. Posteriormente, el escritor Carles Recio afirmó que los reyes Mudafar y Mubarak fundaron en 1009 el Reino moro de Valencia. Pero los descubrimientos de Martí han dado un giro revolucionario a la historia de nuestro pueblo, ya que ahora sabemos con certeza que existía el Reino de Valencia muchos siglos antes antes del nacimiento de Cataluña o del de España.

Su libro, Visigodos, Hispano-romanos y bizantinos en la zona valenciana en el siglo VI (España), (2001) nos habla de ello. También recomendable su otro libro Una fundación de Valencia (Hispania). Antítesis de la tesis actual (2005), que nos descubre que la fundación de la ciudad de Valencia es anterior a la de 138 AC del cónsul romano Junio Bruto. Una anécdota: sus investigaciones fueron publicadas en Inglaterra, en la prestigiosa editorial British Archaelogical Reports, después de que la Universidad de Valencia desdeñara su trabajo.



¿Sabías que el rey de España es también rey de Valencia?

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Apelar al Reino de Valencia no es referirse a una denominación más o menos romántica o nostálgica, sino a una realidad legal y política vigente. Juan Carlos I de Borbón no sólo ostenta el título de rey de España sino otros muchos, entre los cuales figura el de rey de Valencia.

El artículo 56.2 de la Constitución Española de 1978 afirma: “Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona”.

Así pues, la Carta Magna avala la existencia del título de rey de Valencia, tan legal y oficial como el de rey de España. Valencia continua siendo un reino, lo avala la Constitución, la Corona y la historia.

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Los títulos que ostenta el monarca son:

* Rey de España, de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias (referido al Nápoles y Sicilia), de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales y de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano;

* Archiduque de Austria;

* Duque de Borgoña, Brabante, Milán, Atenas y Neopatria;

* Conde de Habsburgo, Flandes, el Tirol, el Rosellón, y Barcelona;

* Señor de Vizcaya, y Molina;

Títulos secundarios o en desuso:

* Rey de Hungría, Dalmacia y Croacia

* Duque de Limburgo, Lotaringia, Luxemburgo, Güeldres, Estiria, Carniola, Carintia y Wurtemberg

* Landgrave de Alsacia

* Príncipe de Suabia

* Conde Palatino de Borgoña

* Conde de Artois, Hainaut, Namur, Gorizia, Ferrete y Kyburgo

* Marqués de Oristán y Gociano

* Margrave del Sacro Imperio Romano y Burgau

* Señor de Salins, Malinas, la Marca Eslovena, Pordenone y Trípoli.


¿Sabías que el Reino de Valencia perdió su independencia hace 300 años?

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La Guerra de Sucesión (1701-1715) no sólo significó la confrontación entre la dinastía de los Borbones y la de los Austria por hacerse con el trono de las Españas. La derrota de los austracistas en la Batalla de Almansa el 25 de Abril de 1707 significó la pérdida de los Fueros y la desaparición del Reino de Valencia como nación libre y soberana y como estado independiente en Europa y el mundo. A partir de aquel momento se puede hablar con propiedad de que pasamos de ser nacionalmente valencianos a ser nacionalmente españoles. Por la fuerza salvaje de las armas.

Hasta entonces España no había existido como un estado unitario sino como un conjunto de varios estados soberanos con un solo Jefe de Estado, una comunidad de reinos independientes con un solo rey. Así, el Reino de Castilla, el Reino de Aragón, el Reino de Valencia o el Reino de Mallorca, entre otros, eran cuatro naciones plenamente independientes aunque con un solo monarca, al igual que actualmente Canadá, Gran Bretaña, Australia o Nueva Zelanda, entre otros, son cuatro reinos soberanos con una sola reina: Isabel II de Inglaterra.

La victoria de Felipe V de Borbón significó la desaparición de los distintos reinos y la creación de un estado unitario y centralizado (el Reino de España), así como la hegemonía de la etnia castellana sobre las demás lenguas, culturas y pueblos del Estado. Tras 300 años de opresión castellana, la Constitución Española de 1978 y el Estado de las autonomías han pretendido reconocer, aunque tímidamente, la realidad pluricultural y plurilingüística de la sociedad y dotar de autogobierno a las distintas regiones y nacionalidades que componen el Estado Español.


¿Sabías que la primera fábrica de papel de Europa estaba en Xàtiva?

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El primer molino papelero europeo data de 1056. Estaba en las afueras de la próspera y culta ciudad de Xàtiva, rica en agua y lino, y su dueño era Abú Masaifa. Junto a la vieja acequia, construye una fábrica de papel con más de 20 operarios. Era el primero producido en Europa.

Hacia el año 1150 la industria papelera de Xàtiva producía un papel tan exquisito que exportaba a todo el mundo. En 1154, el geógrafo árabe Al-Idrîsî declaró sobre Xàtiva: “Se fabrica en ella un papel del que no se encuentra parangón en el mundo y que se conoce en Oriente y Occidente”.

Curiosamente, la exportación de papel desde Xàtiva al extranjero influyó en el nombre que ha tomado este material en otras lenguas, dejándolo sin demasiadas variaciones. Los ingleses eran unos muy buenos clientes, y tal vez por ello en inglés se escribe igual que en valenciano, paper.

Con Xàtiva ya incorporada al Reino de Valencia, el rey Jaime I el Conquistador favoreció la producción papelera. El papel setabense nutrió los archivos de la Corona y en él se escribieron obras como el Llibre del Repartiment (1237-1252) (Libro del Reparto, en castellano) o el Archivo de la Colegiata de Xàtiva.

Los cronistas regnícolas también dejaron valiosos testimonios. En 1325, por ejemplo, el escritor Ramón Muntaner exagerará la iniquidad de los ciudadanos genoveses en afirmar que “todo el papel que se hace en Xàtiva no bastaría para escribir todas las maldades de Génova”.

La expansión del papel desde Xàtiva marcó el anuncio de la Edad Moderna, y su historia hace de la capital de La Costera todo un referente por su gran aportación a la civilización occidental. Aún hoy el papel sigue siendo el principal medio de registro y de transmisión de la información.


¿Sabías que el primer libro impreso en la Península Ibérica se editó en valenciano?

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Agradecimientos a Joan Ignaci Serrano de Vinalesa (Reino de Valencia).

Se trata de Obres e trobes en lahors de la Verge Maria (Obras y trovas en honor de la Virgen María). Dicha obra es el primer incunable ibérico. Fue el primer libro que se imprimió en toda la Península Ibérica, publicado en Valencia en 1474 y escrito en lengua valenciana. Y por supuesto, es también la primera obra literaria impresa en la Península. Fue gracias al impresor germánico Lambert Lampart.

Es una obra poética colectiva con autores como Joan Roïç de Corella, Bernat Fenollar, Francesc de Castellví, Lluís Alcanyís, Narcís Vinyoles, Miquel Péreç o Jaume Roig entre otros. Contiene 45 poemas en honor a la Virgen María (40 en valenciano, cuatro en castellano y uno en toscano) presentados a un certamen literario en Valencia el 11 de febrero de 1474 y reunidos por Bernat Fenollar.

La pronta aparición de esta obra maestra de la literatura es producto del alto desarrollo del Reino de Valencia, que por entonces era el centro impresor más grande de la Península y uno de los mayores de toda Europa. A finales del siglo XV, la ciudad de Valencia ya había publicado casi un centenar de títulos, que se sepa. Y entre ellos seguro que hay libros anteriores a les Trobes, pero no nos han llegado.

Hay polémica sobre cuál es el libro ibérico impreso más antiguo. Algunos niegan que sea les Trobes y dicen que es el Sinodal de Aguilafuente, en teoría impreso en Segovia en 1472 por Johannes Parix. Hoy sabemos que dicha impresión no es de 1472 ó 1473, sino posterior. Y además, la mayoría de especialistas no considera este documento un libro propiamente dicho. Y desde luego tampoco es un texto literario.

Ahora bien ¿cuál es el documento (no libro) impreso más antiguo de la Península Ibérica? Esto continúa siendo un misterio. Hay muchas ciudades candidatas a tal honor, como Segovia, Toledo, Zaragoza, Barcelona y, cómo no, Valencia, pero en realidad no sabemos nada con certeza. Éste es un tema que debe ser estudiado en profundidad por los expertos. Cualquier otra cosa que pudiéramos decir sólo sería especular.


¿Sabías que Valencia fue la capital de dos estados soberanos?

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La Ciudad de Valencia ha tenido la fortuna de ser la capital de dos estados soberanos. Primeramente lo fue del Reino de Valencia, cuyo primer monarca documentado es el visigodo Leovigildo en el siglo VI. El Reino de Valencia, en forma de ciudad-estado, fue una nación independiente bajo visigodos, árabes y cristianos. Con la llegada del rey Jaime I el Conquistador aumentó su territorio hasta tomar una forma y tamaño muy similares a los actuales. En todo este tiempo siguió siendo un reino independiente hasta que sus Fueros fueron derogados por el rey de España Felipe V en el contexto de la Guerra de Sucesión (1701-1715). Así, Valencia fue capital de un estado entre el siglo VI y principios del XVIII.

El Cap i Casal fue también capital de la Segunda República Española del 7 de noviembre de 1936 al 30 de octubre de 1937. El gobierno del Frente Popular, presidido por Francisco Largo Caballero, trasladó la capital de Madrid a Valencia en plena Guerra Civil Española  (1936-1939) como medida estratégica frente al alzamiento nacional. Este hecho cambió la fisonomía de la urbe, que acogió las instituciones gubernamentales y buena parte del patrimonio cultural y artístico del Estado. Valencia fue también el centro neurálgico de intelectuales, milicianos y periodistas. No obstante, el veloz avance de las tropas franquistas obligó al Gobierno Republicano a mover su capital a Barcelona el 31 de octubre de 1937.


¿Sabías que hay varias razas caninas autóctonas del Reino de Valencia?

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La más conocida es el perro ratonero valenciano (gos rater valencià en idioma valenciano). Es un can de talla pequeña y capa variable, originario del Reino de Valencia. Tiene una complexión atlética que le confiere agilidad y fuerza pese a su reducido tamaño. Tradicionalmente, esta raza ha estado ligada a la caza de pequeñas piezas como roedores y conejos  y como auxiliar en la caza de ratas de agua. Es también un excelente guardián de la casa ya que avisa con ladridos ante cualquier cosa que le llame la atención. A causa de la desaparición progresiva de la huerta de Valencia, hoy es usado más como un animal de compañía que para cazar.

El charnego valenciano (o charnego valencià) es una raza de perro conejero autóctono valenciano. Su función principal es la caza del conejo en todas sus modalidades. Está dotado de una actitud suprema y adaptado a la gran variedad de ecosistemas del Arco Mediterráneo. Esta raza está dotada de gran oído y vista, con un inmejorable olfato y una resistencia legendaria para soportar el calor extremo. Todo ello ha hecho que sea el tipo de conejero más apreciado por los cazadores valencianos que lo utilizan incluso en la caza mayor, y también para otras piezas de caza menor aparte de las ya descritas. Es un perro integral de caza.

Existía otra raza, el Gorga valenciano (o Gorga valencià), hoy extinguida. Parece que fue el rey de España, Carlos III, también rey de Nápoles, quien trajo el antecesor del Gorga y se lo regaló a un noble setabense. Con los años este perro se fue cruzando con sabuesos hasta conseguir la raza Gorga. Estos canes tenían una altura de 35 a 40 cm y un peso de 25 a 30 kg. Estos corpulentos perros eran infatigables y valientes en el trabajo, dispuestos a complacer al cazador más exigente, muy dotados para la caza en huerta y albuferas. La raza está extinguida pero con los avances de la ingeniería genética quién sabe si se pueda recuperar un día.


¿Sabías que los Castells de Cataluña provienen de la Moixaranga valenciana?

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Los Castells (castillos) de Cataluña son esas famosas torres humanas de varios pisos de altura donde una serie de varones está de pie y soporta encima de sus hombros los pies de los compañeros del piso superior. Los componentes de cada piso se agarran por los hombros. Estos castells hoy en día se han convertido en todo un símbolo identitario de la nacionalidad catalana y en una especie de concurso donde unos municipios compiten contra otros para lograr estructuras cada vez más altas y espectaculares. Mucha gente piensa que la costumbre de formar torres humanas es de origen catalán pero en realidad este popular tesoro etnográfico tiene una raíz clamorosamente valenciana, como vamos a explicar ahora.

Su origen hay que rastrearlo en la Moixaranga o Muixeranga de Algemesí (La Ribera), una danza interpretada en la procesión de la Virgen de la Salud los días 7 y 8 de septiembre. Al son de una melodía melancólica, la Moixaranga ofrece tres posibilidades: el Ball (el baile), la Torre y la Figura. El Ball es una danza compuesta por dos filas de bailarines, unos se levantan y otros se agachan alternativamente. La Torre consiste en formar torres humanas similares a los castells. Y por último las Figuras o Danzas Plásticas son torres humanas en forma de motivos marianos. Hay gran variedad de torres y figuras y además de en Algemesí la fiesta se realiza en menor medida en otras localidades del Reino de Valencia.

Los siglos XVII y XVIII fueron duros. El historiador Antoni Atienza explica (Lletraferit nº61, marzo de 2003) que fue una época en que los valencianos, necesitados de ingresos, se lanzaron a recorrer las Españas para vender y ofrecer cosas. Los de Crevillent vendían alfombras, los de Chiva, Chest o Benissa se hicieron arrieros, la gente de Xixona vendía turrón y la de L’Horta agua de cebada, horchata o naranjas. También había gente que recorría los pueblos de Castilla, Aragón o los Condados Catalanes bailando en las procesiones  ganándose un dinero en las fiestas. Posteriormente al paso de los valencianos, algunas de estas costumbres se fueron consolidando en los pueblos aragoneses, castellanos y catalanes.

En Cataluña, sobre todo en la ciudad de Valls, se consolidó la costumbre de hacer torres humanas, perdiéndose el baile propiamente dicho. A estas construcciones se le daba el nombre inequívoco de Ball dels Valencians (Baile de los Valencianos), aunque actualmente está más extendido el de Castells. De entre todas las cuadrillas de castellers, continúa destacando la de los Chiquets de Valls (Niños de Valls), cuyo nombre -el valenciano chiquets y no el catalán nois-, recuerda cómo hace algunos siglos los valencianos llevaron esa danza a su tierra. La Unesco declaró la Festa de la Mare de Deu de la Salut (Fiesta de la Virgen de la Salud) de Algemesí Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el año 2011.



¿Sabías que la jota es un baile valenciano?

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La jota es el baile más conocido del Reino de Aragón, pero ¿podría esta danza tener un origen valenciano? Cuenta una leyenda que un árabe valenciano llamado Aben-Jot había inventado un canto y baile de carácter profano, con el que enardecía al pueblo. Esto provocó las iras del rey de Valencia Muley Tarik, que decretó contra él la expulsión del Reino de Valencia. Este árabe se refugió en Calatayud (Aragón), y fue aquí donde se popularizó este estilo de canción y baile. Los habitantes de Calatayud lo bautizaron jota, en honor a su creador, el árabe Aben-Jot.

Los orígenes de esta leyenda son dudosos y la documentación encontrada, falsa. Además, los investigadores confirman que todo esto es mentira porque el vocablo “Jot” en árabe clásico no existe, ni como nombre ni tampoco como apellido. Y “Aben” en árabe significa hijo o descendiente, al igual que en bereber “Beni” es hijo y “Bena” es hermano. De igual modo  la inmensa mayoría de investigadores del tema está de acuerdo en que la etimología del nombre tampoco está clara. Que de jot derive jota no tiene sentido ni tampoco se puede tomar con bases científicas serias.

La leyenda es falsa pero aun así todo apunta al origen valenciano de la jota. Gracias a la documentación encontrada, la mayoría de investigadores afirma que el nombre “Jota” proviene del antiguo “Xatha” (pronunciado Xhota o Xota, palabra proveniente del valenciano antiguo “Xotar” (“botar” o “saltar,” voz propia de los mozárabes “sáwta”, provenientes del romance valenciano de los moriscos y mozárabes valencianos y que existe también en el dialecto hispano marroquí y en el argelino con el significado de “baile” o “danza” acorde con la música.

Existen documentos escritos que hablan de la jota como baile muy generalizado en el Reino de Valencia en los siglos XIV, XV, XVI, XVII y primera mitad del siglo XVIII (no se ha encontrado ningún documento anterior que hable de la jota ni en Aragón ni en el conjunto de España y la jota aragonesa aparece a finales del siglo XVIII). Destaca un cuadro pintado de la inauguración del Palacio Real, Al-Munia en árabe, que fue construido en 1009 por el rey de Balansiya Abd-Al-Aziz . Para el arabista Henri Péres en el cuadro se ve a hombres y mujeres bailando una jota.

Si la jota nació en Valencia es lógico pensar que los jornaleros de Requena, Utiel y sus comarcas, que bajaban a la Ribera del Júcar a la siega del arroz a finales de septiembre y a la comarca de Lliria y las tierras del Turia a la siega de la alfalfa, del cereal y la cebolla, a su regreso comentaran maravillados el baile que habían visto y que se llamaba jota. Esta danza se extendió por Requena, Utiel y sus comarcas, y seguramente estos mismos jornaleros fueron los que empezaron a transmitirla cuando subían a la siega del cereal a los Reinos de Aragón y de Navarra.

Actualmente la jota se baila en Valencia, la Mancha, Castilla, León, Navarra, la Rioja, Cantabria, Asturias, Galicia, Extremadura, Andalucía, Murcia, Cataluña, Canarias, Filipinas…   Y por supuesto en Aragón, donde ha alcanzado su máximo grado de esplendor y popularidad.  Pero investigadores como Galán Bergua, Antonio Beltrán Martínez, José Ruiz de Lihorg, Barón de Álcahalí, entre otros, afirman rotundamente y sin duda alguna, que la jota nace en las tierras del Reino de Valencia, en el corazón y las entrañas mismas de nuestro bienamado pueblo.


¿Sabías que en Xàtiva hay colgado un retrato de Felipe V boca abajo?

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La urbe valenciana de Xàtiva (La Costera) participó activamente en la Guerra de Sucesión (1701-1714), que acabó con la instauración de la Casa de Borbón en España. El Reino de Valencia apoyó al pretendiente de la Casa de los Austria, el archiduque Carlos de Austria, frente a su rival, Felipe V de Borbón, hecho que provocó que éste útimo ordenara en 1707 la abolición de nuestros Fueros “por justo derecho de conquista” (lo que supuso el fin de Valencia como un reino independiente) y que comportó una durísima represión, espolio y castellanización contra el pueblo valenciano. Xàtiva fue una de las ciudades que más activamente defendió al candidato austracista, a la postre perdedor de la contienda sucesoria. Como represalia, en 1707 Felipe V de Borbón ordenó, entre otras muchas medidas represoras, incendiar y destruir Xàtiva así como expulsar a sus habitantes de la ciudad.

Las tropas borbónicas, comandadas por Claude Lasier, degollaron sin piedad, cortaron cabezas y abrieron en canal a los setabenses, niños, ancianos, mujeres y hombres. Acto seguido, le prendieron fuego a la ciudad con sus supervivientes. Se dice que Xàtiva ardió completamente durante 8 días (de ahí el apelativo de socarrats (chamuscados) que se da popularmente a los setabenses). La ciudad pasó de 12.000 habitantes en 1707 a sólo 400 al año siguiente (y tardó casi 80 años en volver a su anterior nivel demográfico). Para colmo Xàtiva fue rebautizada como Colonia Nueva de San Phelipe, en honor al autor de la masacre. Xàtiva cambio su nombre y no lo recuperó hasta que las Cortes de Cádiz lo restituyeron en 1811 en su forma castellanizada (Játiva). Volvió a cambiarse oficialmente a su forma valenciana por un decreto del Consell de 7 de enero de 1980.

Felipe V es un personaje de infausto recuerdo para los setabenses. Por eso hoy, en el Museu de l’Almodí (Museo del Almudín) de Xàtiva, hay un retrato de Felipe V pintado por Josep Amorós que está colgado boca abajo, como justo desaire a aquel monarca. Según las investigaciones del historiador Germán Ramírez, la idea de ponerlo boca abajo data de entre 1956 y 1957 y fue iniciativa de Carles Sarthou, cronista oficial de Xàtiva. Pero más allá de estas versiones, hay otras: que fue el primer director del museo desde su creación en 1919, Josep Carchano, quien tuvo la idea aunque no la llevó a cabo pues falleció en 1937; que en 1940 ó 1943 se le dio la vuelta al cuadro por orden de Sarthou, dato que no cuenta con testimonio alguno.  Sea como sea, los setabenses están encantadísimos con el retrato de Felipe V boca abajo, un antirrey al que le guardan un rencor eterno.


¿Sabías que Mascarell es la única población valenciana totalmente rodeada por una muralla?

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Antiguamente era muy común en toda Europa que las ciudades-estado construyeran a su alrededor gruesas murallas defensivas para proteger a la población en caso de guerra de los invasores extranjeros o de los asaltos de los forajidos. Con el paso de los siglos esos muros se tornaron innecesarios y fueron derribados para que las ciudades pudieran seguir creciendo. En nuestra tierra hay muchas localidades que conservan vestigios de aquellas viejas fortificaciones pero increíblemente aún existe una población -la única en todo el Reino de Valencia- que en pleno siglo XXI todavía se encuentra completamente rodeada por una muralla.

Se trata de Mascarell, una pequeña pedanía de 200 habitantes que pertenece al municipio de Nules, del cual está separada por un kilómetro de distancia. La primera noticia que tenemos de Mascarell se remonta a 1310. El rey Jaime I el Conquistador había ordenado la expulsión de los moros de la vecina ciudad de Burriana y algunos de ellos se establecieron en el límite entre Burriana y Nules. La muralla se construyó en 1553 y contaba con un foso, que posteriormente pasó a ser reconvertido en una acequia de riego. Tras la expulsión de los moriscos en el siglo XVII vio muy diezmada su población y no se recuperó hasta cien años más tarde.

La muralla está hecha de mortero, tierra y ladrillo, y al centro de cada lado tiene una torre. Mascarell tiene dos puertas de acceso, en los lados este y oeste, y su planta es casi cuadrangular. Cuenta también con una casa consistorial (de finales del siglo XVIII) y una parroquia (finales del siglo XVII) pequeños pero coquetones, así como un jardín creado recientemente en el exterior del muro. El conjunto arquitectónico de Mascarell ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Cada noviembre esta villa celebra una feria medieval en la que los locales se visten como damas y caballeros de la Edad Media e incluso se hacen justas y torneos.


¿Sabías que Zayyan fue el último rey musulmán de Valencia?

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Zayyan ibn Mardanish o Zayán Ibn Mardanix (Onda, ? – Túnez, 1270), también conocido como Zahén o Çaèn, fue el último rey musulmán de Valencia. Zayyan, descendiente del rey Lobo, era un noble musulmán que residía en Onda antes de sublevarse contra el gobernador almohade de Valencia Abú Zayd.

Aprovechando el deterioro social que se estaba produciendo en la capital del Turia, Zayyan derrocó a Abú Zayd en el año 1229. El derrocado Zayd quiso vengarse de tal afrenta y llegó a un acuerdo de vasallaje con el cristiano Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, lo cual le facilitó la conquista del Reino de Valencia.

Desligado del poder musulmán de Murcia, Zayyan fue derrotado por Jaime I en la Batalla de El Puig en 1237. Zayyan se hizo fuerte en la ciudad de Valencia y afrontó en soledad el asedio del rey Jaime I a la ciudad, la cual finalmente entregó el 9 de Octubre de 1238, al no recibir la ayuda esperada del sultán de Túnez.

En los acuerdos de capitulación Zayyan pactó con el rey aragonés su salida y la de los suyos de tierras valencianas, a través del puerto de Cullera.  Zayyan se retiró primero a Denia, y después a Murcia, donde es nombrado gobernador, aunque dura poco en el puesto, y finalmente se exilia en Túnez, donde falleció hacia el 1270.


¿Sabías que la carrera de joyas es un deporte autóctono valenciano?

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Uno de los deportes autóctonos del Reino de Valencia es la correguda de joyes (carrera de joyas, en castellano). Se trata de una carrera de caballos tradicionales en la que los jinetes recorren un trayecto (que viene a ser de 500 a 700 metros) a lomos de sus caballos sin utilizar ningún tipo de silla de montar y llevando la “joya” atada al cuello. Esta “joya” consiste en un pañuelo de seda de distinto color sobre una corona de laurel, que antiguamente se regalaba a la mujer amada al finalizar la carrera. El que llega primero a la meta gana. No existe un reglamento muy definido puesto que las normas han ido pasando oralmente de padres a hijos.

Es un deporte en el que pueden competir tanto hombres como mujeres. Eso sí, el o la jinete debe mostrar un comportamiento exquisito antes, durante y después de la prueba. Queda estrictamente prohibido maltratar al animal, lo cual es motivo de descalificación. El jinete sólo puede emplear las riendas y una fusta de longitud de entre 60 y 90 centímetros para alentar al caballo. Queda prohibido utilizar espuelas o cualquier otra martingala que pueda dañar al caballo. Al acabar el torneo, todos los participantes obtienen un trofeo con un pañuelo de seda como manda la tradición que es entregado cuando finaliza la última carrera del último día.

Estas carreras de caballos se han venido celebrando en la mayoría de las pedanías de L’Horta Sur de Valencia desde el siglo XIX pero esta tradición prácticamente desapareció en los años 70 del pasado siglo XX. Actualmente sólo la conserva la pedanía de Pinedo. La competición tiene lugar en la playa de Pinedo, en la zona llamada La Creu de la Conca (La Cruz de la Cuenca) durante las fiestas patronales de la localidad, en la segunda quincena del mes de agosto. Están promovidas por la Asociación Corregudes de Joyes y la Asociación Sant Antoni Abad de Pinedo y se financian con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Valencia.

Fuentes consultadas:

-Asociación Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad de Pinedo.

-Ayuntamiento de Valencia. Corregudes de joies. DeporteValencia.com


¿Sabías que los valencianos tuvimos una Constitución propia desde el siglo XIII?

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Los valencianos teníamos una Constitución propia desde hace más de ocho centurias. Concretamente, desde el siglo XIII. No era otra que nuestros Fueros, que constituían al Reino de Valencia en un estado soberano y estaban basados en las normas y costumbres preexistentes en Valencia, así como en el derecho justiniano. Los Fueros valencianos eran muy avanzados para su tiempo. Supusieron una auténtica revolución jurídica ya que dotaron a los ciudadanos de derechos y obligaciones, rompieron con la tradición feudal de la época y nos convirtieron en un estado moderno, étnica y religiosamente integrador. Los Fueros configuraron un régimen político, económico y social comparable al de las grandes naciones europeas. Estas facilidades económico-comerciales atrajeron inmigrantes de toda Europa, y el glorioso Reino de Valencia vivió una expansión económica y cultural que lo llevaría a un gran florecimiento político, literario y artístico.

El rey Jaime I el Conquistador estableció los Fueros en 1238, con la oposición de los nobles aragoneses que preferían que los Fueros aragoneses rigieran Valencia. Los Fueros valencianos eran realmente innovadores para la época. Por ejemplo, el monarca estaba obligado a jurarlos antes de transcurrido un mes de iniciado su reinado, no podía revocarlos unilateralmente y quedaba sometido a las Cortes. Los ciudadanos gozaban de derechos y obligaciones, por lo que no estaban a merced de la arbitrariedad de los señores. El derecho foral valenciano garantizaba el régimen matrimonial de separación de bienes, y que en caso de enviudar, el cónyuge era el que heredaba (en el derecho castellano impera el régimen de bienes gananciales y en las herencias prima la sucesión en favor de hijos y descendientes).  La legislación valenciana reconocía asímismo instituciones jurídicas pioneras como el Consulado del Mar o el Tribunal de las Aguas, entre otras.

Los Fueros, instaurados por Jaime I en el mismo año de la conquista de Valencia (1238) se desarrollaron y perfeccionaron con el paso de los siglos, y duraron hasta el año 1707. A partir de la Batalla de Almansa (25 de Abril de 1707), el rey Felipe V de Castilla promulgó el decreto de Nueva Planta (29 de Junio de 1707) en el que declara “abolidos y derogados todos los referidos fueros, privilegios, práctica y costumbre hasta aquí observados en los referidos reinos de Aragón y Valencia, siendo mi voluntad que éstos se reduzcan a las leyes de Castilla, y al uso, práctica y forma de gobierno que se tiene y ha tenido en ella, y en sus tribunales sin diferencia alguna en nada”. El decreto de Nueva Planta supuso el golpe de gracia para el Reino de Valencia, que desapareció como estado soberano. Una vez abolidos nuestros Fueros, Valencia pasó a regirse por las leyes castellanas “por justo derecho de conquista”. Triste final sin duda para la que fue nuestra Carta Magna.


¿Sabías que Arnau de Vilanova descubrió las propiedades medicinales del alcohol y que fue médico de reyes y papas?

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Probablemente Arnau de Vilanova nació en la ciudad de Valencia en el año 1240 y murió en Messina (Sicilia) en 1310. Existe cierta controversia porque podría haber nacido en Aragón, pero desde luego si fue así casi de inmediato se trasladó a Valencia, donde creció. Pasó su larga vida a caballo entre Montpellier, Valencia y Sicilia.

En 1260 estudiaba Medicina en Montpellier. En 1290 era un destacado profesor de la Facultad de Medicina de esa ciudad, la mejor del medievo. La ciencia que Arnau practicó se basaba en los preceptos de Hipócrates, Galeno y Avicena, la medicina árabe y teorías propias. Él mismo tradujo a Avicena, Galeno y otros autores.

Vilanova escribió docenas de libros, algunos obras clave para la medicina europea, como Regimen Sanitatis ad regum Aragonum (Régimen de salud para el rey de Aragón)(1305-1308) o  Speculum medicinae  (Cristal médico) (¿1311?). Sus libros y tratados fueron traducidos a varios idiomas y reimpresos en numerosas ocasiones.

Tradicionalmente se le considera el descubridor de las propiedades desinfectantes y profilácticas del alcohol, sin duda un hecho muy importante para la medicina de aquella época, puesto que aún no se conocía el concepto de infección. También introdujo en Europa el secreto de la destilación del alcohol, un descubrimiento árabe.

Vilanova fue el mejor médico de Europa, posiblemente el mejor del mundo latino medieval. Prueba de ello es que fue el doctor personal de los reyes de Valencia Pere I, Alfons I y Jaume II y de papas como Bonifacio VIII, Benedicto XI y Clemente V. También fue intérprete de sueños de Federico II, el rey de Sicilia.

Este Homo Universalis fue un erudito que sabía de medicina, humanidades, filosofía, teología y un políglota que hablaba hebreo, árabe, algunas lenguas vulgares de las actuales Francia e Italia y probablemente el griego. Escribió sus obras en valenciano y latín.  Fue médico, profesor, teólogo, escritor, embajador en París…

Autor de obras religiosas y científicas, en ellas abordaba temas de medicina, cirugía, farmacia, astrología, alquimia, higiene, etc. Pensaba que el fin del mundo era inminente y sus obras religiosas levantaron ampollas. Fue perseguido por inquisidores y conoció la cárcel, pero al final siempre fue absuelto por todos los papas.

 

Bibliografía consultada:

Gil i Barberà, Joan. Personages ilustres valencians relacionats en la medicina. Lo Rat Penat, 1994.



¿Sabías que Cavanilles es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos?

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El botánico y naturalista Antoni Josep de Cavanilles i Palop (Valencia 1745-Madrid 1804) es uno de los máximos exponentes de la ciencia y cultura valencianas. Estudió en la Universidad de Valencia, donde obtuvo los títulos de maestro en Filosofía (1762) y de doctor en Teología (1766) y se ordenó sacerdote en Oviedo en 1772. Trabajó como profesor y marchó a París en 1777 como preceptor de los hijos del Duque del Infantado. Allí conoció la botánica de la mano de André Thouin y Antoine Laurent de Jussieu, se impregnó del enciclopedismo y del pensamiento ilustrado y fue uno de los primeros científicos en usar los novedosos procedimientos del padre de la taxonomía, Carl von Linné.

La primera publicación de Cavanilles no fue de tema botánico, sino un artículo titulado Observations de M. l’abbé Cavanilles sur l’article Espagne de la Nouvelle Encyclopédie (1784) en que respondió al texto Espagne de Nicolas Masson de Morvilliers en la Nouvelle Encyclopédie (1782), que cuestionaba la aportación española a la ciencia europea. Entre los años 1785 y 1790 publicó Monadelphiae classis dissertationes decem, unas reflexiones sobre los monadelfos. También siguió con sus labores botánicas y describió plantas peruanas y chilenas procedentes de la Expedición Botánica al Virreinato del Perú (1777-1788) así como las de la Real Expedición Botánica a Nueva España (1787-1803).

A partir de 1791 recorrió toda la Península Ibérica estudiando plantas. Publicó en seis volúmenes su monumental obra Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur (1791-1801). En él describió numerosas plantas peninsulares pero la mayor parte de su contenido está dedicado a especies americanas, filipinas y del Pacífico, que describió basándose en los herbarios y pinturas y en las plantas vivas del Jardín Botánico, de Madrid. Los estudios están acompañados de cuidadas láminas de gran detalle y belleza. El libro incluye el estudio de seiscientas doce especies, muchas de ellas nuevas. La obra, realmente extraordinaria, es una de las pioneras de la botánica europea.

Como resultado de sus constantes idas y venidas por el territorio valenciano, Antoni Josep de Cavanilles publicó, por otra parte, sus Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia (1795-1797). Ésta es la obra más popular de toda su producción, en parte porque no está escrita en latín sino en idioma vulgar. Aborda disciplinas tan diversas como la botánica y la agricultura, las ciencias de la tierra, la economía y la demografía, e incluso la arqueología. Describe los ecosistemas, las comunidades vegetales de las ciudades y hasta describe el relieve terrestre. Este fabuloso libro sin duda constituye un referente imprescindible para los amantes de la cultura valenciana.

En 1799 Cavanilles fundó la revista Anales de Historia Natural, que luego pasó a llamarse  Anales de Ciencias Naturales. Allí publicó 48 artículos. En 1891 Cavanilles fue nombrado director del Jardín Botánico de Madrid. Publicó Descripción de las plantas que D. Antonio Josef Cavanilles demostró en las lecciones públicas del año 1801, precedida de los principios elementales de la Botánica (1802) y Géneros y especies de plantas demostradas en las lecciones públicas del año 1802 (1803). Cavanilles murió en 1804, cuando preparaba un tratado para dar a conocer las colecciones del Jardín Botánico de Madrid a los científicos de otros países.

La figura de Cavanilles como botánico y naturalista es simplemente colosal. En una época en la que la flora no estaba apenas documentada, él se tomó la molestia de describir con todo lujo de detalle más de 2000 especies, muchas de las cuales eran nuevas (es decir, las descubrió él mismo). La repercusión internacional de su obra se refleja no sólo en las traducciones y ediciones de escritos suyos en los principales idiomas, sino en las numerosas citas que recibió y continúa recibiendo en publicaciones especializadas. Cavanilles fue un pionero de la botánica, un adelantado a su tiempo, un referente científico a nivel de Europa. No resulta exagerado decir que es uno de los mejores botánicos de todos los tiempos.

López Piñero, José María. Antonio José Cavanilles. La web de las biografías.


¿Sabías que Requena es el municipio más grande del Reino de Valéncia?

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¿Alguna vez te has preguntado cuál es el municipio valenciano más grande? Se trata de Requena (en la comarca de Utiel-Requena), que con sus 814,21 km2 es el más extenso de todo el Reino de Valencia. Para hacernos una idea, es ocho veces más grande que Barcelona, seis más que Valéncia y supera por 200 km2 a Madrid.

No sólo eso: es más grande que algunos estados europeos. Por ejemplo es 1850 veces más grande que el Vaticano, 417 veces mayor que Mónaco, trece veces más que San Marino, cinco que Liechtenstein, el doble que Malta y casi duplica el Principado de Andorra. Pese a ello sólo cuenta con 20.510 habitantes (datos de 2016).

Pero si Rquena nos parece grande hoy, eso no es nada. Hay que decir que este municipio, famoso por sus excelentes vinos y embutidos, llegó a abarcar casi 1800 km2, cuando formaban parte de él los actuales pueblos de Utiel, Mira, Villagordo de Cabriel, Camporrobles, Venta del Moro, Fuenterrobles y Caudete de las Fuentes.

¿Sabías que el pendón de la Conquista es una reliquia falsa?

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El pendón de la Conquista (penó de la Conquista en valenciano) es una señal que los andalusíes del Reino Taifa de Balansiya izaron el 28 de septiembre de 1238 sobre la torre de Alī-Bufāt, después llamada del Temple, en las murallas árabes de la ciudad, para indicar su rendición a las tropas feudales del rey Jaime I. Está hecho de tres tiras cosidas de trapo tosco, de color blanco, que han sido recortadas de forma rápida en forma de bocel, sobre el que se han pintado cuatro barras rojas. Actualmente las franjas blancas están amarillentas por el paso del tiempo. Mide 2 metros de largo, aunque podría haber sido más largo. Tiene una inscripción que reza: «Año 1238». Este pendón lo trajo Jaime I, es una reliquia y es la verdadera bandera de los valencianos, no la Real Senyera de franja azul.

Esto es lo que cuentan los catalanistas. Ahora contaremos la verdad. El pendón de la Conquista no es tal. Primero, no lo llevaban los conquistadores sino los que se rindieron por lo que debería llamarse penó de la rendició. Segundo, tiene inscrito el texto: «Año 1238». Así, en castellano. Algo que no encaja por ningún sitio ya que en el siglo XIII no se hablaba castellano en la Ciudad de Valéncia. Se podría entender que estuviera en valenciano, en árabe o en latín. O incluso en catalán, si diéramos por cierto la falsa teoría de la repoblación según la cual los catalanes nos trajeron su lengua. Pero ¿en castellano? El pendón representaría teóricamente a la Corona de Aragón, pero es que en los tiempos de Jaime I la bandera de Aragón tenía dos barras rojas y no cuatro como ahora.

Estudiosos como Roc Chabàs, Ricart García Moya, Antoni Atienza, Òscar Rueda o Joan Ignaci Culla consideran que la bandera es falsa. También lo creía así Dolors García Broch, concejal del Ayuntamiento de Valéncia por parte de Unió Valenciana (UV) que a principios de la década de 1990 consultó con expertos textiles, que a simple ojo negaron que fuera del siglo XIII. Garcia Broch propuso hacer la prueba del Carbono 14 y la del polen para demostrar su falsedad de una vez por todas. Pero Vicent Gónzález Lizondo, presidente de Unió Valenciana, se lo prohibió. Lizondo negociaba en ese momento una coalición electoral con varios partidos, algunos de ellos catalanistas, que le exigieron que no hiciera esa prueba. Al final ni hubo coalición ni tampoco se demostró la falsedad de ese trapo.

Los pancatalanistas afirman que la franja azul de la Senyera la puso el caudillo Francisco Franco. Basta con ver carteles de la Guerra Civil (1936-1939) del bando republicano donde nuestra Real Senyera sale junto a la bandera de la República Española e incluso de la Unión Soviética, para percatarse de que es una monstruosa mentira. Pero lo más curioso es que en la procesión cívica del 9 de Octubre de 1939, en su particular desfile de la victoria, los franquistas pasearon el penó de la rendició en vez de la Real Senyera coronada con su franja azul, considerada un símbolo republicano (recordemos que Valéncia fue uno de los últimos bastiones republicanos en caer). Fueron tantas las quejas y el malestar causado que las autoridades rectificaron y en los años siguientes recuperaron la Senyera en lugar del pendón.

Pero entonces ¿de dónde surge la absurda idea de que ese trapo es la bandera de los valencianos? Fue Pere Antoni Beuter, un cronista valenciano, el primero en documentar este colgajo en su libro Primera part de la Història de València (1538), en el que escribió que el pendón que se conservaba en la cúpula de la iglesia de Sant Vicent era el mismo pendón izado por los musulmanes en la conquista de Valéncia. Se desconoce en qué momento preciso fue añadida la inscripción “Año 1238”. Suponiendo que esta rocambolesca historia fuera cierta seguiría siendo un verdadero misterio cómo es que durante trescientos (300) años absolutamente nadie se diera cuenta de que la verdadera bandera de los valencianos era un colgajo en el que nunca nadie reparó hasta Pere Antoni Beuter.

 

Fuentes consultadas:

-Atienza, Antoni. La Real Senyera. Bandera Nacional dels Valencians. L’Oronella / Real Acadèmia de Cultura Valenciana (RACV). Valéncia, 2001.

-Culla, Joan Ignaci. El Peno de la Conquesta, una falsa reliquia. Las Provincias. 9-10-2008.

-García Moya, Ricart. Tratado de la Real Senyera. Senyeras valencianas y pendones catalanes. Ajuntament de Valéncia. Valéncia, 1993.

-Rueda, Òscar. La Senyera Valenciana: Historia y simbolismo. Editorial Sargantana. Valéncia, 2017.

-Rueda, Òscar. Senyera valenciana. Símbol de llibertat. L’Oronella. Valéncia, 2013.

-Tintorer, Andreu y Bens, Felip. Senyera Valenciana. La bandera de tots. Lo Rat Penat. Valéncia, 2006.

-V.V.A.A. Pendón de la Conquista. Wikipedia.

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¿Sabías que la supuesta repoblación catalana del Reino de Valéncia es una manipulación histórica?

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A todos nos enseñaron en la escuela la falsa historia de que el rey Jaime I de Aragón conquistó el Reino de Valéncia en el siglo XIII, que expulsó a los musulmanes y que nuestra tierra fue repoblada mayoritariamente por catalanes, que trajeron su lengua y que por ello el valenciano es un dialecto del catalán. De algún modo se nos presenta la historia de un modo semejante a la conquista del Lejano Oeste americano: como si Valéncia fuera un inmenso y despoblado desierto en el cual se van asentando los nuevos colonos. Pero para ser estrictos entonces Cataluña no existía como tal sino que era una docena de condados desunidos conocidos como la Marca Hispánica. Así pues, no existían los «catalanes» en el sentido estricto de la palabra, como tampoco existían los «canadienses» en esa misma época. Por otro lado los supuestos catalanes hablaban lemosín en ese tiempo, por lo que de traer alguna lengua sería la lemosina y no la catalana.

¿Pero en realidad se produjo esa gran repoblación catalana del Reino de Valéncia? Hay cuatro grandes fuentes bibliográficas para confirmar si esto es cierto o no. El Llibre dels Fets (Libro de los Hechos), escrito por el propio rey Jaime I, donde describe el proceso de conquista. El Llibre del Repartiment (Libro del Reparto), donde los escribas del rey apuntan las donaciones de pueblos, alquerías, tierras, villas, etc. a los caballeros que ayudaron a Jaime I en su empresa militar.  Els Llibres dels Aveïnaments (Libros de los Avecindamientos), que describen con detalle los caballeros o personas que se quedaron a vivir en el Reino de Valéncia. Y por último els Furs (Fueros), que contienen las leyes por las que se regirá el nuevo reino cristiano de Valéncia como estado independiente de los demás reinos y condados de la Corona de Aragón. Ninguna de las cuatro fuentes recoge una supuesta repoblación catalana.

Gracias al Llibre del Repartiment sabemos que vinieron pocos catalanes a la conquista de Valéncia y gracias als Llibres dels Aveïnaments que los que se quedaron a vivir fueron todavía menos. El Llibre dels Aveïnaments, que es la única prueba documental de quien se quedó a vivir en tierras valencianas, registra: valencianos autóctonos, moros, muladíes y mozárabes (36%), castellanos (30%), turolenses (28%), zaragozanos (1’2%), catalanes (1’2%), resto de la Península (2’4%) y extranjeros (1’2%). Los colonos procedentes la Marca Hispánica (actual Cataluña) fueron muy pocos. Según els Llibres dels Aveïnaments de los siglos sucesivos (XIII, XIV, XV) entre los años 1387-1396 el porcentaje de catalanes registrados es sólo del 1’2%, entre 1401-1450 el porcentaje es de 4´23 % y en 1475 el porcentaje de catalanes es el 2´5%. Esto desmiente la tesis catalanista de la repoblación, y por ende de la importación de la lengua.

Pero si esto es así ¿por qué se sigue enseñando esta teoría en las escuelas? Porque es la base sobre la que se sostiene la mentira de que el valenciano procede del catalán. La falsa teoría de la repoblación nace en 1848, con el archivero catalán Prósper de Bofarull, que controlaba el Archivo de la Corona de Aragón (creado por los catalanes cuando la Corona de Aragón ya no existía). Él hizo una edición falseada del Llibre del Repartiment, absolutamente tendenciosa e incorrecta que sobrepasaba los límites de la falsificación. En ella consideró única y exclusivamente los asentamientos poblacionales que le interesaban y hasta se permitió el lujo de tachar los que le parecían difíciles o iban contra sus teorías. De esta edición manipulada de Bofarull nace la idea de una repoblación masiva de catalanes que coloniza el desierto valenciano. Es un drama que esta mentira mil veces repetida se siga enseñando a nuestros hijos en las escuelas hoy.

Fuentes consultadas:

Almela i Vives, Francisco. Valencia y su reino. Ediciones Mariola. Madrid, 1965.

Bueno, Baltasar. Breve historia de la lengua valenciana (suplemento). Las Provincias. Valéncia, 1999. Págs. 58, 68, 69.

Huici, Ambrosio y Cabanes, María Desamparados. Documentos de Jaime I de Aragón. Anubar. Zaragoza, 1976-1988 (3 tomos).

–Jaume I. El Llibre dels Fets. L’Oronella. Valéncia, 2001 (2 tomos).

-Jaume I. Libre del repartiment del regne de Valencia. Estudio preliminar de María Desamparados Cabanes y Ramón Ferrer (3 tomos). Anúbar. Zaragoza, 1979-1980.

Ramon i Pastor, Enric. Som uns ignorants (2ª edición). Autoedición. Valéncia, 2011.

Simó Sintonja, Vicente. ¿Valenciano o catalán? Centro de Cultura Valenciana. Valéncia, 1975. Págs. 166-181.

Ubieto, Antonio. Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista (I y II). Anubar. Zaragoza, 1979-1981.

-Ubieto, Antonio. La inmigración en la Valencia Medieval. Temas valencianos. Anubar. Valéncia, 1972.

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¿Sabías que la genética desmiente la teoría de la repoblación catalana del Reino de Valéncia?

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Agradecimientos a Joan Ignaci Culla (Almàssera).

De acuerdo con la teoría catalanista, los valencianos hablamos catalán porque el rey Jaime I trajo consigo durante la Reconquista oleadas de catalanes que nos legaron su idioma y que colonizaron esta tierra. Este flujo migratorio por el que cientos de miles o incluso millones de catalanes se habrían instalado en el Reino de Valéncia habría sido una constante no sólo en el momento de la Reconquista (siglo XIII) sino en siglos sucesivos.

Nosotros sabemos que tal repoblación masiva es un fraude histórico. Y lo sabemos porque los censos poblacionales de la época (Llibre del Repartiment o Libro del Repartimiento y Llibres dels Aveïnaments o Libros de Avecindamientos ) así como los estudios de historiadores como Menéndez Pidal, Antonio Ubieto o Ampar Cabanes, señalan que los pobladores catalanes serían, como mucho, el 5% del total de colonos.

Pero los catalanistas son los primeros que a base de repetirlas mil veces se acaban creyendo sus propias mentiras. Esto le ocurrió a Francesc Calafell, investigador del Institut de Biologia Evolutiva de la Universitat Pompeu Fabra y catalán para más señas. Él realizó un estudio genético de la población valenciana y catalana con la intención de certificar la teoría catalanista de la repoblación pero el estudio acabó certificando todo lo contrario en 2013.

En el estudio se buscaban vínculos genéticos comparando los genes de valencianos y catalanes. Pero no los de los apellidados García, López, Hernández, etcétera, cuyo linaje nos habla de un origen castellano. No. Examinaron sujetos con apellidos según ellos catalanes: Pitarch, Cardona, Adell, Ferrer, etc. Pero el resultado no fue el esperado. Francesc Calafell declaró: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

¿Pero hasta qué punto es fiable la genética? Veamos el caso del hombre de Ötzi, un varón de hace cerca de 5.500 años que unos alpinistas encontraron congelado en las montañas en la frontera entre Austria e Italia. Tras realizar estudios genéticos a 3.700 austríacos y compararlos con los genes del cadáver se descubrió que 19 personas tenían vínculos genéticos. Vamos, que 5.500 años después, los científicos corroboraron que 19 personas son descendientes del hombre de Ötzi.

Siendo así de fiable deberíamos poder encontrar vínculos genéticos entre valencianos y catalanes. Primero, porque son dos regiones vecinas. Segundo, porque la supuesta repoblación de los catalanes fue masiva. Y tercero, porque el período de tiempo es mucho menor que el del caso de Otzi: sólo 800 años entre la supuesta repoblación y el presente. El resultado: “No encontramos vínculos genéticos entre Cataluña y el País Valencià”.

No es el único estudio genético que desmiente la tesis catalanista de la repoblación. En diciembre de 2001 Carlos A. Flores Infante presentó en la Universidad de La Laguna (Tenerife) su tesis doctoral Composición genética y posible origen paterno de las poblaciones humanas canarias, deducidos de su polimorfismo en el cromosoma Y. El cromosoma Y es el del varón y revela la influencia genética del padre.

En el estudio hay una tabla de “Frecuencia (%) de haplotipos del cromosoma Y en la Península Ibérica y Normandía”, así como el resultado de la «distancias genéticas» entre las poblaciones estudiadas. De acuerdo al estudio con quien menos parentesco tenemos los valencianos es ¡con los catalanes! Nuestra lejanía genética con ellos es de 0,0781, bastante mayor que la que tenemos por ejemplo con gallegos (0’0492) o incluso vascos (0’0485).

Y como no hay dos sin tres, otro estudio genético desmiente al catalanismo. Un estudio de la Universidad de Oxford y de la de Santiago de Compostela de 2018 afirma que en la Península Ibérica hay más similitudes en el eje norte-sur que en el este-oeste y encontramos cinco grandes ejes verticales: el asturleonés-extremeño-suroeste, el cántabro-castellano-manchego-sudeste, el aragonés-valenciano, el catalán-balear y el galaico-portugués. Vamos, que Valéncia fue poblada por aragoneses y no por catalanes.

El estudio en cuestión se titula Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula (Patrones de diferenciación genética y huellas de migraciones históricas en la Península Ibérica) y es una obra de Clare Bycroft, Ceres Fernandez-Rozadilla, Clara Ruiz-Ponte, Inés Quintela-García, Ángel Carracedo, Peter Donnelly y Simon Myers.

Frente a tales resultados, el catalanismo argumenta que no hay una transmisión directa de los apellidos, y que las adopciones, violaciones, infidelidades o cambios de apellido rompen la cadena genética hasta el siglo XVI. Pero curiosamente esto no ocurre al comparar a los descendientes de mallorquines de La Marina Alta con los mallorquines actuales, donde sí hay parentesco genético por ejemplo en los portadores del apellido Alemany.

Así pues, y según Chimo Ferrer i Ferrer, sólo hay dos posibles conclusiones. O la violación de catalanas repobladoras y el adulterio de las mismas catalanas residentes en Valéncia, añadido a la impotencia de los catalanes que no pudieron tener hijos, fueron una práctica masiva en el Reino de Valéncia hasta el siglo XVI (cosa que no sucedió con las mallorquinas) o no existió la hipotética repoblación catalana. Que cada uno saque sus conclusiones.

Fuentes consultadas:

Cerdà, Paco. Sin el ADN de los conquistadores. Levante-EMV. 9-12-2013.

-Cognoms catalans. Estudi genètic dels cognoms catalans, valencians i balears (página web oficial del estudio de Francesc Calafell).

-Ferrer, Chimo. ¿Fue la violación de catalanas repobladoras una costumbre valenciana arraigada? ¿Levante-EMV. Burbuja. 19-12-2013.

Jiménez, Javier. Donde genes, haz lo que vieres: las sorprendentes diferencias (y similitudes) genéticas dentro de la península ibérica. Xataca.

-Levante-EMV. Ötzy, ‘el hombre de hielo’, tiene 19 descendientes vivos. Levante-EMV. 16-10-2013.

O.R. Noelia. La genética desmonta los ‘países catalanes’: los valencianos, más próximos a los aragoneses. El Español. 9-2-2019.

V.V.A.A. Ötzi.Wikipedia.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Biorxiv.

-V.V.A.A. Patterns of genetic differentiation and the footprints of historical migrations in the Iberian Peninsula. Nature.

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